En situaciones normales, los lugares históricos y la propiedad cultural son protegidos por las fuerzas militares según el Derecho Internacional.

Si se utilizan con propósitos militares pierden su protección y quedan expuestos a ataques.

No obstante, los esfuerzos militares deben seguir siendo proporcionales al resultado que se intenta obtener de la operación.

La proporcionalidad requiere que los daños, pérdidas o perjuicios que resulten de cualquier acción militar, no solo de nuestro lado sino en general, no deben ser excesivos en relación a la ventaja militar esperada. ¿Cómo puede encuadrarse esta situación con un pensamiento estratégico y pragmático? Después de todo, según el general Eisenhower en referencia a la destrucción de piezas antiguas y patrimonio cultural: "Si tenemos que elegir entre destruir un edificio famoso y sacrificar a nuestros propios hombres, sus vidas pesan infinitamente más que el edificio". Pero Eisenhower sigue. La cita continúa: "Pero la elección no siempre es tan clara. En muchos casos, los monumentos pueden preservarse sin arriesgar las necesidades operacionales. No hay nada que supere al argumento de necesidad militar. Es un principio aceptado. Pero la frase "necesidad militar" suele utilizarse cuando sería más exacto hablar de conveniencia militar, o incluso conveniencia personal. No quiero que se utilice para ocultar la negligencia o la indiferencia".

Convention for the Protection of Cultural Property in the Event of Armed Conflict with Regulations for the Execution of the Convention 1954

http://portal.unesco.org/en/ev.php-URL_ID=13637&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

http://www.monumentsmen.com/blog/2013/12/29/3661/3661/