Casi siempre, se trata de un sistema/partido político que intenta sobrevivir, no de un país. La preservación de un interés político no es excusa para violar las leyes de guerra.

Las Leyes de Guerra indican claramente las tácticas y armas que están prohibidas.

"... aunque que el surgimiento de una amenaza genuinamente existencial no puede descartarse en el futuro, dejando a un lado la política retórica, son las guerras discrecionales que enfrentamos día a día en que los intereses políticos, y no la supervivencia nacional, están en juego. No importa de qué lado esté: en este tipo de conflicto, no existe excusa concebible para abandonar las reglas y violar las normas éticas de guerra".

Ver jota de picas

David Whetham, ‘My Country, Right or Wrong: If the Cause is Just, is Anything Allowed? in James Turner Johnson and Eric D. Patterson (eds.), The Ashgate Research Companion to Military Ethics, (Ashgate, Farnham, 2015), p291.