En determinadas circunstancias, matar a alguien puede obedecer a una necesidad desafortunada, pero no es el propósito principal de las Fuerzas Armadas.
Quienes son miembros de una profesión tienen ciertos derechos que otros no tienen, dado su entrenamiento y conocimientos especializados.
El personal militar, como profesionales, tiene el derecho de matar a personas en determinadas situaciones.
Estas situaciones están en el servicio del público para proteger tanto a la sociedad nacional como a los pueblos en el extranjero.
"Los miembros de profesiones suelen tener derechos o privilegios especiales como resultado de su estatus profesional... No obstante, junto con estos derechos especiales vienen las obligaciones morales que trascienden a aquellas de miembros comunes del público... El servicio público que realizan los miembros de las fuerzas militares es evidente, en el sentido que protegen a toda la sociedad de amenazas externas... Al considerar el rol que lleva a cabo el personal militar, la capacidad y disposición de dañar a otros en pos de objetivos importantes podría considerarse como una virtud... A veces, esto quiere decir que el personal militar debe actuar de forma diferente, éticamente hablando, de lo que se requiere a otros actores en situaciones similares.
Stephen Coleman, Military Ethics: an Introduction with Case Studies, (Oxford University Press, Oxford, 2013), p35-39.