Al unirse a las fuerzas militares, debe aceptar que podría ser enviado a lugares peligrosos.
Debe aceptar que puede estar expuesto a daños o a padecerlos por diversas causas.
Esto podría incluir perjuicios físicos, incluyendo la muerte, heridas, enfermedades, captura y encarcelamiento.
También existen formas de daño no físicas, como el trastorno de estrés postraumático, ser sometido a juicio en caso de mala conducta, así como también perturbación de la conciencia sobre lo acontecido durante el tiempo que prestó servicio.
Podría estar separado de su familia y amigos por extensos períodos.
Podrían limitarse otros derechos, como libertad de expresión, por cuestiones de seguridad.
Sin embargo, sus derechos humanos fundamentales no se ven afectados y el estado tiene la obligación de cuidar de usted hasta donde lo permitan las circunstancias.
Ver reina de diamantes
Patrick Mileham, ‘Unlimited Liability and the Military Covenant’, Journal of Military Ethics, 9 (2010), p30.